En poco más de un año el Málaga ha pasado de codearse con los equipos más top del continente, a luchar con sudor y sangre por mantenerse entre los puestos más altos de la Liga BBVA, aunque parecía una tarea bastante difícil, por las circunstancias que arrastraba.
Situémonos el 9 de abril de 2013, ese día podría haber sido la fecha más importante para los malagueños, estaban a 90 minutos de colarse en unas semifinales de Champions, era la oportunidad de su vida para poder hacer historia en el mundo del fútbol. Noventa minutos más tarde, la emoción previa, las ganas, la adrenalina, se convirtieron en angustia, tristeza, rabia e injusticia. Podría pasarme el artículo entero, maldiciendo al árbitro, a la UEFA o a cualquier otra institución deportiva, pero reduzcamos todos estos titulares, a uno bastante ilustrativo, y significativo, LO QUE PUDO SER, Y LO QUE SERÁ.
Utilizo estas palabras, porque este partido perdido significó la línea a seguir por el conjunto andaluz. Primero, la UEFA, sancionó al club malacitano con 300.000 euros, y con una penalización, no podría disputar ninguna competición europea en los próximos dos años, esto fue debido a las deudas que tenía el club con los jugadores, y diferentes entidades nacionales y extranjeras. Segundo, el jeque, que tantas esperanzas e ilusión había creado en los malaguistas, se iba al finalizar esa temporada. Los motivos de su marcha fueron los siguientes, una falta de respeto e injusticia por parte de las instituciones malagueñas.
Y tercero, estos factores, produjeron la marcha de las grandes estrellas del club andaluz, para poder hacer así frente a las deudas. Los Isco, Joaquín o Demichelis tuvieron que dejar el club. Y llegaron al club jugadores medios, con otra mentalidad, y otro objetivo, salvar el año, dar una impresión decente, para así crear una base buena base para el próximo año. Dicho y hecho.
Dejamos atrás esa temporada de transición, y que estuvo basada en una planificación dura, y como objetivo, plantar las bases para poder competir de una manera más eficaz y vistosa desde una manera estética. Para ello llegaron, Javi Gracia, uno de los entrenadores más prometedores de España, y que tiene como cualidad, la de exprimir al máximo el nivel de su plantilla. El lateral derecho Rosales, para cubrir la dura baja del capitán Gámez, el venezolano es una de las sorpresas positivas de la Liga, y se ha afianzado muy bien en el carril derecho. También dieron un paso adelante los pilares que se quedaron en el equipo como Camacho, líder del centro del campo, y llegando a la selección nacional, Wellington, que está haciendo olvidar a Lugano y Demichelis, dando un grandísimo nivel o como no, Kameni, que ha sentado en el banquillo a uno de los mejores porteros del pasado Mundial, Ochoa, gracias a continuos partidos buenos. Y por último los jóvenes valores, como ese extremo izquierdo, con un gran desparpajo y calidad, Samu Castillejo, o la calidad y técnica del medio del campo, Darder.
Lo mejor de este equipo es eso, que es un equipo, demostrándolo en el campo partido tras partido. Mezclan juventud con experiencia, desparpajo con veteranía, calidad con coraje. Llevamos 14 jornadas de Liga, y este Málaga nos ha dejado unas sensaciones increíbles, su mejor inicio histórico y con muchas ganas de seguir viéndolo, porque es una apuesta segura, a disfrutar.
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