Me encargo de cubrir a Bélgica en este mundial para Tercer Equipo, y cuando vi la lista de 23 guerreros dispuestos a llevarse el trofeo a casa, me sorprendió que un joven delantero belga, de orígenes kenianos, e hijo del famoso jugador africano, es decir Origi estuviera entre los elegidos, según pude enterarme el seleccionador está “enamorado” de él, su velocidad, potencia y descaro son las cualidades que hicieron posible su presencia en el equipo de Bélgica.
Yo lo veía como un suplente, un jugador que venía para ver, y obtener experiencia para próximas citas, ya que su competencia es Lukaku, que está en el top-5 de mejores delantero de la mejor Liga del mundo, así que sus opciones de jugar sería escasas.
Pero centrémonos en el partido de ayer, Argelia, con presión, insistencia, y garra se había puesto por delante en el marcador, y Bélgica estaba sin ideas. Era el turno del seleccionador hacer algo, demostrar por qué han confiado en él el mayor proyecto futbolístico de Bélgica desde hace mucho tiempo, y su decisión fue sacar al joven delantero francés de apenas 19 años y que saliera del terreno de juego el consagrado, y deseado por todos los equipos punteros europeos Lukaku, y gracias a esa decisión, por lo menos para mí, Bélgica ganó, Origi creó los huecos que Lukaku no pudo crear, y se buscó las habichuelas como si fuera un punta consagrado.
En definitiva, ayer entró Origi en mi mundo futbolístico, y creo que no saldrá en mucho tiempo, espero que se consagre en este Mundial, para que disfruten de él todos los aficionados a este deporte.
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