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sábado, 21 de febrero de 2015

Para retomar esta sección no hay mejor estrellado que un ucraniano que llegó a la Premier, como estrella italiana, y mundial, por la cifra de 45 millones. El dicho que cuenta, cuanto mayor es la altura, record de compra, mayor es la caída, no llegó ni a la mitad de lo que se esperaba, estamos hablando de Andriy Shevchenko.





El 1 de junio de 2006 se produciría la mayor catástrofe, deportivamente hablando, en la vida del magnate ruso Abramovich, cuando en un momento de lucidez, se le ocurrió fichar a uno de los cinco mejores delanteros del momento, tampoco fue un movimiento surrealista. Así que por unos 45 millones Shevchenko llegó al Bridge, un jugador que en su equipo, el todopoderoso Milán había conseguido todo, un balón de oro en 2004, la Liga, la Copa e incluso la supercopa de Italia, y por supuesto llegó a la cima del mundo europeo al hacerse con la Champions, y ser decisivo en ella. Una temporada antes de su marcha a  Inglaterra, consiguió ser máximo goleador de Italia, y de la Champions, números escandalosos, para esperar de él un rendimiento como mínimo aceptable, debido a la talla de jugador que era el ucraniano.



La trayectoria en el conjunto blue de Andriy fue nefasta, en la primera temporada jugó 41 partidos, teniendo la confianza absoluta del entrenador, que ya estaba resquebrajándose ya que sólo anotó ocho goles, y de ninguna importancia para el club dejando una sensación muy muy mala, aunque desde el club confiaban en su recuperación física y moral para la siguiente temporada. Sus partidos disminuyeron casi hasta la mitad, solo jugando 22 partidos en toda la temporada y anotando 6 goles, un jugador que promediaba 20 goles como mínimo en su etapa italiana, era una cifra desesperante para la directiva del Chelsea, y para el amante del fútbol. Su estancia en Inglaterra duraría un año más con una breve parada en la ciudad de la moda, en el club donde triunfó, pero no pudo sellar su vuelta triunfal, será por ello que dicen segundas partes nunca fueron buenas.



Bueno en 2010 se iría a su país y club de sus amores para vivir sus últimos años como jugador, y estrella mundial, al Dinamo de Kiev, donde recuperó su nivel, a medias, superando lo de los últimos años, pero que ni de lejos se podría comparar al mostrado en Milán, sobre 2004. Se retiró en 2012 tras la celebración de la Eurocopa en su país natal, y disfrutar de una última máxima competición. Ahora mismo, aunque parezca mentira, se dedica al golf amateur-profesional.

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